
Puedo hablar de lo que hice, o de lo que dejé de hacer - en estos días y en los demás.
De lo mucho que me reí, y de las veces que lloré de felicidad.
De la germinación del poroto, y de teorías inútiles.
Del amor, la fantasía, las ilusiones - hipotéticas o reales, Ud. dirá.
De los idiotas, de los que se escudan en palabras e imágenes ajenas.
De las personas llenas de luz, de ideas, de cosas que admiro.
De mis metas, mis intereses, mis análisis críticos y los que no lo son tanto.
De la lástima, del rencor, de las pasiones más bajas.
De mis experiencias, de lo que aprendí, de cosas en las que fallé.
De todo lo que se te ocurra - la arrogancia me sienta bien.
De ficción, de cosas que fueron y nunca existieron.
De la existencia misma, o de todas mis contradicciones.
Pero realmente...
Hoy no.
No puedo expresar lo bien que me siento, sin caer en la cursilería, en lo común, lo vulgar, lo que dicen todos.
Así que dejémoslo en eso.
Creo que se entiende.
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