No hay nada que pueda consolarte.
Y, sin embargo, vos te quedás como que todo va llegando tarde a tu mundo remoto...
Por no estar ahí.
Ganas de llorar. Nada más que eso. No tengo ganas de nada más.
Y entre tanto desgarro, tanta agonía.
Tanto gris y frustración acumulada.
Entre tantas noches vacías. Tanto sin sentido de día.
Todavía me animo a verte radiante.
Acariciando, consolando, mi infinita tristeza.

No hay comentarios:
Publicar un comentario